La escuela de Atenas

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martes, 13 de septiembre de 2016

Fenomenología. Categoría de "lo sagrado".

Fenomenología de la religión

Más allá de las ciencias particulares que se ocupan de los diferentes aspectos fenómeno religioso o su evolución histórica, la fenomenología se preocupa por destacar la estructura del fenómeno en su conjunto y su significado

El mundo de lo sagrado.

Desde finales del siglo pasado “lo sagrado” viene siendo la categoría con la que se intenta expresar los rasgos comunes a las mismas religiones.
        Se han distinguido dos tradiciones en la elaboración de esta categoría. La primera tiene sus representantes en N. Soderblom y R. Otto; la segunda en la escuela francesa de sociología de la religión con H. Hurbert, E. Durkheim. Ambas tradiciones hacen de lo sagrado la categoría central que caracteriza los diferentes elementos de cada religión. Lo sagrado es más importante que la noción de dios, es la idea madre de la religión.
        Lo sagrado como objeto de la religión en un estadio previo y más englobante que la configuración del mismo como Dios o los dioses. En la religión, el hombre entra en contacto con lo sagrado, lo numinoso o lo divino, gracias a un sentido especial, no racional, aunque con alcance cognoscitivo. Para la escuela sociológica francesa, lo sagrado y lo profano operan una clasificación del mundo en dos ordened, división que caracteriza todas las religiones
        Lo sagrado: categoría para designar el orden de la realidad en que se inscriben los fenómenos religiosos y todos sus elementos. Tal orden de realidad se caracteriza por una intencionalidad hacia la vida.
        El paso del umbral de lo profano a lo sagrado exige o supone una ruptura de nivel existencial que lleva al sujeto a penetrar en el orden de lo último, lo definitivo, lo único necesario, lo valioso en sí mismo. Cristaliza en una experiencia sagrada(M. Elíade)
        D. A. Crosby propone como rasgos de su teoría de la religión una serie de conceptos que acompañan a los objetos que se convierten en sagrados. Son: el hecho de ser único, su primacía, la condición de invadir la vida toda, la permanencia, la condición de oculto.
        La experiencia sagrada: situación en la que la conciencia del sujeto, y consiguientemente su emotividad y su sensibilidad, se ven misteriosamente ampliadas por la irrupción en ellas de un orden superior de realidad que “baña” el mundo.
        R. Otto, la experiencia de lo tremendo y fascinante, estos atributos, más que características de lo sagrado, son características de la persona que entra en contacto con lo sagrado. Se trata de sentimientos producidos por la desproporción, la inmensidad, la dignidad del orden con el que se entra en contacto y que se traduce en estados contradictorios de sobrecogimiento, asombro, vacilación del propio ser, atracción irresistible, alegría no dominada… Experiencias de este tipo están atestiguadas en todos los contextos religiosos y representan una especie de ampliación de la propia conciencia, de ruptura del horizonte vital.
        Desde el punto de vista psicológico, tales experiencias coinciden con las denominadas experiencias cumbre u experiencias oceánicas y límite, y tienen como rasgos comunes el ser metamotivadas, el situarse más allá del nivel ontológico objetivo-subjetivo, el pertenecer más al orden de lo expresivo que de lo funcional, una honda repercusión afectiva que despierta sentimientos elevados.


El mundo de lo sagrado surge de la presencia del Misterio

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