Los conceptos científicos:
Los conceptos son las unidades más básicas de
toda forma de conocimiento. Kant: si la experiencia no pasara a través del tamiz
de un sistema conceptual, sería ciega, es decir, no nos permitiría comprender lo que experimentamos. Cuanto
más articulado y complejo sea el sistema de conceptos que utilicemos para dar
cuenta de una determinada parcela de la experiencia, tanto más articulado y
eficaz será nuestro conocimiento de la realidad. El estudio de la forma en que
se presentan los conceptos científicos tiene importancia de primer orden para
la filosofía de la ciencia.
Naturaleza
de los conceptos en general. Tres clases de conceptos: clasificatorios,
comparativos, métricos. Estos últimos, característicos de las teorías
cuantitativas son los más útiles para la articulación del conocimiento
científico
¿Qué es un concepto?
La naturaleza de los conceptos es una de las
cuestiones más difíciles de la filosofía, se remonta a Platón, y está ligada al
problema de los universales. Esta cuestión atañe a los aspectos centrales tanto
de la ontología como de la teoría general del conocimiento. Nos centraremos en
los aspectos estructurales y metodológicos. En filosofía de la ciencia, no
importa tanto el contenido como el carácter o la forma.
Primer
supuesto: los conceptos son entidades identificables a los que tenemos acceso
en tanto que sujetos epistémicos y que nos permiten conocer el mundo real. Un
sistema conceptual es uno de los dos constituyentes esenciales de todo sujeto
epistémico, el otro es un sistema de órganos sensoriales. Los conceptos son
entidades abstractas que no pertenecen, en principio, ni al reino físico ni al
psíquico.
Segundo
supuesto: los sujetos epistémicos contraponemos un sistema de conceptos al
mundo real, que es su objeto. El mundo real es todo aquello que no se
identifica con el sujeto epistémico. Sean cuales sean los objetos reales, si
los reconocemos es gracias al sistema conceptual.
Los
conceptos nos permiten identificar, diferenciar, comparar… ello ocurre a través
de una operación intelectual que llamamos subsunción. Un concepto subsume uno o
varios objetos. Todo objeto cae bajo algún concepto. En cambio, se pueden construir
conceptos bajo los cuales no caiga ningún objeto (conceptos vacíos). Los conceptos
vacíos que interesan a la ciencia son aquellos que se usan con la pretensión de
subsumir objetos existentes, como flogisto,
oxígeno (aunque el primero es vacío y el segundo no).
Tercer
supuesto: los conceptos son entidades abstractas no localizables
espaciotemporalmente. De ello se sigue que no deben identificarse con palabras
o expresiones de un lenguaje dado, los cuales son, a fin de cuentas, entidades
físicas. Aunque, por supuesto, hay una íntima conexión entre un sistema de
conceptos y un sistema linguistico, entre conceptos y palabras. Se trata de una
relación de expresión: las palabras o términos expresan conceptos. No tenemos
acceso sensorial a los conceptos pero sí a las palabras, es por ello que el
análisis linguistico es relevante para el análisis conceptual, en el sentido de
que puede indicar la estructura subyacente de un sistema conceptual subyacente
al propio lenguaje
Las
expresiones lingüísticas son objetos reales, empíricos, comparables pero la
relación entre estas expresiones y los conceptos que expresan es diferente de
la relación entre un objeto real y el concepto que la subsume. Por otro lado,
en tanto que objetos del mundo real, los términos pueden ser subsumidos por
otros conceptos.
Es
una cuestión debatida si los términos singulares, tanto nombres propios como
descripciones, expresan conceptos. Caso de expresarlos, serían conceptos
individuales (que se aplican, si no son vacíos, a un único objeto. Prácticamente
todos los términos no-sincategoremáticos
expresan un concepto, y poseen una forma lógica: son predicados.
Cuarto
supuesto: en lenguaje científico, los términos que expresan conceptos (no
individuales) tienen la forma lógica de predicados n-ádicos. Los conceptos más
simples serían expresables mediante predicados monádicos (es el caso de los
clasificatorios). Los más complejos se expresarían mediante relatores diádicos
o triádicos, o superiores.
La
teoría de conjuntos: para muchos fines del análisis conceptual conviene
sustituir el tratamiento de los conceptos mismos por el de sus extensiones,
esto es, por el conjunto de objetos que caen bajo cada concepto
Quinto
supuesto: existen conjuntos, y la extensión de un concepto cualquiera es un
conjunto es ese sentido, el conjunto de objetos que caen bajo él. Por supuesto,
no todo conjunto es la extensión de un concepto (razonable)
Cuando
disponemos de conjuntos que sí son extensiones de conceptos dados, les podemos
aplicar a ellos los principios y operaciones de la teoría de conjuntos, y
establecer o revelar así, indirectamente, determinadas conexiones entre los
conceptos que tienen tales extensiones
División
entre contextos o discursos extensionales/intensionales. El primero establece
la V/F según la extensión de los conceptos involucrados. El segundo no depende
únicamente de los propios conceptos, incluyen operadores epistémicos (creer,
ignorar), conativos (desear) o modales (posible, necesario). La existencia de
contextos intensionales muestra que la función semántica de los conceptos no
depende solo de su extensión. Hay algo más en un concepto que su extensión
(extensión e.e a que objetos se aplica)
Sexto
supuesto: La extensión de un concepto no agota su identidad, los conceptos
tienen además un contenido o intensión. La intensión es la idea que expresa el
término conceptual., el significado entendido como “sentido” fregeano. Esto implica
que debe haber conceptos con la misma extensión que sean conceptos diferentes
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