La escuela de Atenas

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martes, 13 de septiembre de 2016

Filosofía de la ciencia. Los conceptos

Los conceptos científicos:

Los conceptos son las unidades más básicas de toda forma de conocimiento. Kant: si la experiencia no pasara a través del tamiz de un sistema conceptual, sería ciega, es decir, no nos permitiría comprender lo que experimentamos. Cuanto más articulado y complejo sea el sistema de conceptos que utilicemos para dar cuenta de una determinada parcela de la experiencia, tanto más articulado y eficaz será nuestro conocimiento de la realidad. El estudio de la forma en que se presentan los conceptos científicos tiene importancia de primer orden para la filosofía de la ciencia.
    Naturaleza de los conceptos en general. Tres clases de conceptos: clasificatorios, comparativos, métricos. Estos últimos, característicos de las teorías cuantitativas son los más útiles para la articulación del conocimiento científico

¿Qué es un concepto?

La naturaleza de los conceptos es una de las cuestiones más difíciles de la filosofía, se remonta a Platón, y está ligada al problema de los universales. Esta cuestión atañe a los aspectos centrales tanto de la ontología como de la teoría general del conocimiento. Nos centraremos en los aspectos estructurales y metodológicos. En filosofía de la ciencia, no importa tanto el contenido como el carácter o la forma.
        Primer supuesto: los conceptos son entidades identificables a los que tenemos acceso en tanto que sujetos epistémicos y que nos permiten conocer el mundo real. Un sistema conceptual es uno de los dos constituyentes esenciales de todo sujeto epistémico, el otro es un sistema de órganos sensoriales. Los conceptos son entidades abstractas que no pertenecen, en principio, ni al reino físico ni al psíquico.
        Segundo supuesto: los sujetos epistémicos contraponemos un sistema de conceptos al mundo real, que es su objeto. El mundo real es todo aquello que no se identifica con el sujeto epistémico. Sean cuales sean los objetos reales, si los reconocemos es gracias al sistema conceptual.
        Los conceptos nos permiten identificar, diferenciar, comparar… ello ocurre a través de una operación intelectual que llamamos subsunción. Un concepto subsume uno o varios objetos. Todo objeto cae bajo algún concepto. En cambio, se pueden construir conceptos bajo los cuales no caiga ningún objeto (conceptos vacíos). Los conceptos vacíos que interesan a la ciencia son aquellos que se usan con la pretensión de subsumir objetos existentes, como flogisto, oxígeno (aunque el primero es vacío y el segundo no).
  Tercer supuesto: los conceptos son entidades abstractas no localizables espaciotemporalmente. De ello se sigue que no deben identificarse con palabras o expresiones de un lenguaje dado, los cuales son, a fin de cuentas, entidades físicas. Aunque, por supuesto, hay una íntima conexión entre un sistema de conceptos y un sistema linguistico, entre conceptos y palabras. Se trata de una relación de expresión: las palabras o términos expresan conceptos. No tenemos acceso sensorial a los conceptos pero sí a las palabras, es por ello que el análisis linguistico es relevante para el análisis conceptual, en el sentido de que puede indicar la estructura subyacente de un sistema conceptual subyacente al propio lenguaje
         Las expresiones lingüísticas son objetos reales, empíricos, comparables pero la relación entre estas expresiones y los conceptos que expresan es diferente de la relación entre un objeto real y el concepto que la subsume. Por otro lado, en tanto que objetos del mundo real, los términos pueden ser subsumidos por otros conceptos.
     Es una cuestión debatida si los términos singulares, tanto nombres propios como descripciones, expresan conceptos. Caso de expresarlos, serían conceptos individuales (que se aplican, si no son vacíos, a un único objeto. Prácticamente todos los términos  no-sincategoremáticos expresan un concepto, y poseen una forma lógica: son predicados.
     Cuarto supuesto: en lenguaje científico, los términos que expresan conceptos (no individuales) tienen la forma lógica de predicados n-ádicos. Los conceptos más simples serían expresables mediante predicados monádicos (es el caso de los clasificatorios). Los más complejos se expresarían mediante relatores diádicos o triádicos, o superiores.
        La teoría de conjuntos: para muchos fines del análisis conceptual conviene sustituir el tratamiento de los conceptos mismos por el de sus extensiones, esto es, por el conjunto de objetos que caen bajo cada concepto
      Quinto supuesto: existen conjuntos, y la extensión de un concepto cualquiera es un conjunto es ese sentido, el conjunto de objetos que caen bajo él. Por supuesto, no todo conjunto es la extensión de un concepto (razonable)
     Cuando disponemos de conjuntos que sí son extensiones de conceptos dados, les podemos aplicar a ellos los principios y operaciones de la teoría de conjuntos, y establecer o revelar así, indirectamente, determinadas conexiones entre los conceptos que tienen tales extensiones
        División entre contextos o discursos extensionales/intensionales. El primero establece la V/F según la extensión de los conceptos involucrados. El segundo no depende únicamente de los propios conceptos, incluyen operadores epistémicos (creer, ignorar), conativos (desear) o modales (posible, necesario). La existencia de contextos intensionales muestra que la función semántica de los conceptos no depende solo de su extensión. Hay algo más en un concepto que su extensión (extensión e.e a que objetos se aplica)

        Sexto supuesto: La extensión de un concepto no agota su identidad, los conceptos tienen además un contenido o intensión. La intensión es la idea que expresa el término conceptual., el significado entendido como “sentido” fregeano. Esto implica que debe haber conceptos con la misma extensión que sean conceptos diferentes

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